CIRUGIA DE LA PATOLOGIA ANAL

1.TIPOS DE PATOLOGIAS

La cirugía de la región perianal tiene por objetivo solucionar diferentes patologías: sinus o quiste pilonidalfisura analfístula analhemorroides, pólipos y lesiones cutáneas perianales entre las más frecuentes.

 

1.1 SINUS O QUISTE PILONIDAL

El sinus o quiste pilonidal es una cavidad anormal en la piel que, generalmente, contiene vello y partículas cutáneas. En la mayoría de los casos, se encuentra cerca del coxis, en la parte superior del surco de los glúteos. Los quistes pilonidales suelen aparecer cuando un vello perfora la piel y luego se enquista. En ocasiones se infecta produciendo dolor importante asociado a aumento de volumen, calor y enrojecimiento cutáneo. En caso de infección el tratamiento agudo consiste en el drenaje y lavado de la cavidad acompañado o no de antibioterapia.

El tratamiento definitivo del sinus pilonidal es quirúrgico y consiste en la exéresis en bloque de la lesión y de sus trayectos fistulosos o la apertura de los trayectos y curetaje de los mismos.

No siempre los resultados son óptimos.

 

1.2 FISURA ANAL

La fisura anal es un pequeño desgarro en el tejido (mucosa) que recubre el ano. Las fisuras son causadas generalmente por un traumatismo en el revestimiento interior del ano debido a un movimiento intestinal u otra dilatación del canal anal.

Puede ser debido a una deposición dura, seca o a deposiciones muy blandas/líquidas y frecuentes. Las causas menos comunes de fisuras incluyen enfermedades sistémicas como la enfermedad inflamatoria intestinal, infecciones anales, o tumores. Puede producir dolor importante durante y después de la deposición, aparición de sangre roja brillante con las heces o en el papel de WC tras la deposición, o prurito y escozor anal.

El tratamiento médico es la primera opción y va dirigido a aliviar el dolor y el estreñimiento, así como a conseguir una relajación del esfínter anal que facilita la curación de la herida. Si el tratamiento médico no resuelve los síntomas, se indicará el tratamiento quirúrgico. Aunque la mayoría de las fisuras anales no requieren cirugía, las fisuras crónicas son más difíciles de tratar y la cirugía puede ser la mejor opción. El objetivo de la cirugía es ayudar a relajar el músculo del esfínter anal, reduciendo el dolor y los espasmos, lo que permite que cicatrice la fisura. La cirugía consiste en la sección quirúrgica de la parte interna del esfínter anal (esfinterotomía lateral interna).  Debe considerar la posibilidad de ciertos riesgos en la cirugía aunque son muy infrecuentes las complicaciones en este tipo de procedimiento.

 

1.3 FÍSTULA PERIANAL

La fístula perianal es un pequeño trayecto que se origina desde una abertura en el interior del canal anal y que termina en una abertura exterior cerca del ano. Una fístula anal es a menudo la causa de un absceso anal, pero también puede ocurrir sin un absceso previo. Hay varios tipos de fístulas dependiendo de la localización en el recto y el ano y de la cantidad de esfínter anal que afecten.

Los síntomas de las fístulas son molestias perianales con drenaje de material purulento/fecaloideo por un orificio cercano al ano. En ocasiones si el orificio externo está cerrado pueden cursar con dolor y enrojecimiento o hinchazón alrededor del ano, provocando un absceso perianal que requiere drenaje urgente.

La cirugía es casi siempre necesaria para el tratamiento de una fístula anal. En muchos pacientes, si la fístula no es demasiado profunda, se realiza una fistulotomía.  Los casos más difíciles pueden requerir múltiples cirugías.

En general, los antibióticos solos no son eficaces en el tratamiento de abscesos o fístulas. El uso de antibióticos puede ser necesario asociados a  la cirugía aunque también si el paciente tuviera problemas inmunológicos, presentase condiciones específicas de válvulas cardíacas o una celulitis generalizada. El paciente deberá proporcionar a su médico su historia clínica detallada y someterse a un examen físico para que éste pueda determinar si se requiere el uso de antibióticos.

Debemos asumir ciertos riesgos de la cirugía.

 

1.4 HEMORROIDES

Las hemorroides son dilataciones venosas (varices) próximas al ano que causan molestias como sangrado leve/moderado o importante con sangre roja y brillante, y/o dolor e inflamación. El sangrado puede enmascarar otras patologías por lo que deberá acudir a su médico para confirmar que la causa sean las hemorroides.

El tratamiento de los casos más sintomáticos es quirúrgico siendo el objetivo de la cirugía reducir los síntomas. La cirugía consiste en eliminar esas dilataciones con diferentes métodos siendo el cirujano el responsable de elegir el más adecuado.

Mientras espera la cirugía, puede reducir las molestias con medidas para evitar el estreñimiento, dieta rica en fibra y fruta, baños de asiento con agua tibia (10min 3 veces al día), hacer ejercicio al menos tres veces por semana para mejorar la circulación y evitar el sedentarismo y la obesidad. La cirugía tiene riesgos frecuentes pero leves.

 

2.PREPARACIÓN PARA LA CIRUGÍA

Preparación para la cirugía: seguirá las recomendaciones de preparación  que le haya comentado su anestesista tanto generales como aquella específicas en relación con sus enfermedades y tratamientos habituales. No se necesita ninguna preparación intestinal  especial para la cirugía del ano ni se recomienda el uso de enemas (lavativas) salvo en casos especiales que le indicará su cirujano.

 

3  ANESTESIA INDICADA EN ESTAS CIRUGÍAS

Estas cirugías necesitan anestesia de cuyo tipo indicado para esta cirugía  y de los riesgos específicos para usted debe informarle su anestesista en la consulta o el día de la cirugía.

En principio, estas cirugías se realizan en el circuito ambulatorio, es decir, sin ingreso de forma que acude al hospital, le realizan la cirugía y se va a casa en el mismo día, eso sí, acompañado de algún adulto.

 

4  EL DIA DESPUES

Después de la cirugía deberá llevar cuidado de su recuperación teniendo cuidado en la dieta, rica en fibra y evitando picantes así como ingiriendo abundantes líquidos (2 litros al menos al día) evitando el alcohol.

El malestar habitual en la zona se mitigará con duchas de agua fría y es recomendable tomar baños de asiento con agua tibia ya sea sola o añadiendo povidona yodada (betadine) durante 5-10 minutos por la mañana, por la noche y después de defecar. Séquese la zona con una toalla a pequeños golpecitos, nunca con papel higiénico.

Evite el apoyo directo de la zona sentándome sobre un flotador.