El síndrome de apnea obstructiva del sueño (SAOS)

Presente en un 2-4 % en la población general, hasta en un 25% en los pacientes que se operan, se calcula que un 80% de los obesos la padecen. Es una enfermedad en aumento.

Los pacientes con SAOS sin diagnosticar ni tratar tienen un elevado gasto por baja productividad laboral, accidentes, y mala calidad de vida. Es importante su diagnóstico y su tratamiento.

Los pacientes con SAOS suponen mayor riesgo para la anestesia por la enfermedad en sí, y por las enfermedades asociadas respiratorias y cardiológicas.

Es importante tener diagnóstico, este se realiza por sospecha con la presencia de los siguientes síntomas: ser roncador habitual, tener despertares frecuentes durante el sueño, presentar fatiga y sueño durante el día, y falta de rendimiento. Existen unos test que hacen el diagnóstico más probable, pero solo se confirma el SAOS con el estudio del sueño.

El tratamiento incluye medidas higiénicas de adelgazamiento, evitar tabaco y otros excitantes, medidas posturales como dormir de lado. La mascarilla de CPAP es el tratamiento más habitual cuando el SAOS es moderado o grave y si existen enfermedades asociadas como hipertensión, infarto, ictus o excesivo sueño y poco rendimiento durante el día.

Los pacientes que no mejoran con mascarilla de CPAP o no la toleran se les puede proponer cirugías correctoras de la obstrucción.